En Colombia el 50% de los sindicatos se agrupan en tres
centrales sindicales: la Cen - tral Unitaria de Trabajadores CUT, la
Confederación General de Trabajadores CGT, y la Confederación de Trabajadores
de Colombia, CTC. La CUT es la central más grande, al concentrar el 65% de
todos los trabajadores sindicalizados y en ella están confe - derados: la
Federación Colombiana de Educadores FECODE, el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Industria Agropecuaria SINTRAINAGRO, y la Unión Sindical
Obrera de la Industria del Petróleo USO.
• En Colombia el acto administrativo de registro de un
sindicato se ha convertido en una barrera muy importante para el ejercicio del
derecho de asociación sindical. Así entre 2002 y 2007 se rechazaron 491
iniciativas de trabajadores tendientes a la creación de un sindicato. De igual
forma, es el único país en América Latina en el que el gobierno tiene la
facultad de disolver un sindicato por vía judicial.
• Las convenciones
colectivas en Colombia van en retroceso en relación con otros tipos de acuerdo
entre trabajadores y empleadores como el pacto colectivo y el contrato
colectivo, siendo este último muy cuestionado por cuando se considera como
impulsor de la tercerización laboral.
• Si bien Colombia a
finales de los años noventas ratificó los Convenios 151 y 154, referentes a la
negociación laboral en el sector público, aun está pendiente la promul - gación
de la ley que implemente su aplicación. Y es que en el país la mayoría de los
trabajadores sindicalizados están afiliados a sindicatos Estatales. Colombia es
el país del mundo con el mayor número de asesinatos de sindicalistas,
concentrando el 63% de los casos durante la última década. FECODE, SINTRAINAGRO
y la USO, son los sindi - catos que han sido más afectados por la violencia en
contra de sindicalistas. Sólo estas tres organizaciones concentran el 64,6% de
los casos de asesinato de sindicalistas en todo el país entre 1984 y 2010. Por
su parte, Antioquia es de lejos el departamento más afectado por la violencia
antisindical, concentrando cerca del 47% del total de casos de asesinato de
sindicalistas entre 1984 y 2010.
• Pese a los
esfuerzos hechos en los últimos años, la impunidad sigue siendo muy alta y
supera el 96%. A partir del 2003, se ha presentado una disminución importante
en el número de asesinatos de sindicalistas; sin embargo, otros tipos de
violación a los de - rechos humanos de los sindicalistas, como amenazas, y
desplazamiento se mantienen en los mismos niveles.
Aspectos
generales del sindicalismo en Colombia
Son varios los aspectos que resultan importantes para
destacar a la hora de analizar la situación de los sindicatos en Colombia. En
primer lugar es importante anotar que la tendencia registrada en los últimos
años apunta a una paulatina disminución en el número de trabajadores
sindicalizados, acompañado de una dinámica de estancamiento en el número de
sindicatos, en la cual los nuevos sindicatos, sobre todo de empresa, entran a
compensar la salida de sindicatos tradicionales que han venido desapareciendo
en los últimos años como fruto de los procesos de privatización, fusiones,
flexibilización laboral y hostigamiento, frente a su labor sindical. El
resultado ha sido una atomización del movimiento sindical, en pequeñas
organizaciones, con poca capacidad de movilización y de coordinación con otros
sindicatos, que en ocasiones terminan sirviendo más a los intereses de los
empleadores que de los mismos trabajadores.
Esta atomización del movimiento sindical es mucho más
evidente en el sector privado de la economía, pues si bien en términos
comparativos son mayores en número frente a los sindicatos del sector público,
la afiliación en cuanto a la cantidad de trabajadores es inferior.
Las iniciativas tendientes a impulsar la conformación de
sindicatos de rama o de industria, no han prosperado y ello sin duda se ha
constituido en un elemento que no ha facilitado un proceso más acelerado de
modernización y fortalecimiento del sindicalismo en Colombia. Siguen siendo
mucho más comunes en Colombia los sindicatos de empresa y los sindicatos de
gremio, como lo muestran los datos de los últimos años
Se suelen mencionar los factores externos que atentan contra
el derecho que tienen los trabajadores colombianos de asociarse en
organizaciones sindicales, pero resulta también valioso llamar la atención
sobre los elementos internos propios de los mismos sindicatos, que entorpecen
su accionar en favor de los trabajadores, en un contexto muchas veces hostil y
cambiante, en el cual su poder de negociación e incidencia están cada vez más
limitados.
Colombia está en el rango de los países con menor tasa de
sindicalización del mundo.
Espacios de
concertación en los cuales participan los sindicatos en Colombia
La Comisión Permanente de Concertación de Políticas,
Salariales y Laborales es sin duda la instancia de concertación de mayor
importancia en la que participan los sindicatos a través de las tres centrales
sindicales más representativas del país. Tal como funciona en la actualidad,
tuvo su origen legal en la Constitución de 1991. En la que se establece la
concertación de las políticas sociales y laborales como un deber constitucional
del Estado. En el artículo 55 se puede leer:
“Se garantiza el derecho de negociación colectiva para
regular las relaciones laborales, con las excepciones que señala la Ley. Es
deber del Estado promover la concertación y los demás medios para la solución
pacífica de los conflictos colectivos de trabajo.”
Es entonces la Ley 278 de 1996 la que crea la Comisión
Permanente de Políticas Salariales y Laborales, definida en el artículo 56 de
la Constitución Política. La idea es establecer un espacio tripartito que
fomente el diálogo y permita a través de la concertación tratar temas
relacionados con el ámbito laboral, la política salarial, el salario mínimo y
los convenios de la OIT. En este sentido se establecen como funciones de la
Comisión:
. Fomentar las buenas relaciones laborales con el fin de
lograr la justicia, dentro de un espíritu de coordinación económica y
equilibrio social.
• Contribuir a la solución de los conflictos colectivos de
trabajo.
• Fijar la política
salarial de manera concertada, teniendo en cuenta los principios
constitucionales que rigen la materia.
• Fijar el salario mínimo de manera concertada y con
carácter general.
Adicionalmente, entraron en funcionamiento cinco
subcomisiones tripartitas que funcionaron hasta finales del 2000. Ellas fueron:
1) La Subcomisión de Empleo; 2) Subcomisión de Seguridad Social; 3) Subcomisión
de Formación profesional; 4) Subcomisión de Legislación laboral; y 5) la
Subcomisión de política salarial.
Legislación
en torno a la actividad sindical en Colombia
El derecho al trabajo en Colombia quedó consagrado en la
Constitución de 1991 como fundamento del Estado de Derecho, y de allí que en
este marco quedase establecido como derecho, como deber y como valor. En este
sentido la Sentencia 727 de la Corte Constitucional de 1999 expresa:
En este sentido, la Constitución de 1991 está claramente
influenciada por la normatividad internacional, y por ello su espíritu apunta a
la protección del derecho al trabajo, ofreciendo para ello garantías
suficientes. Elementos que se encuentran en la Carta Internacional de los
Derechos Humanos, la Carta de la Organización de los Estados Americanos, y los
Convenios de la OIT, entre otros, reflejan la intencionalidad de la
Constitución en cuanto al carácter del trabajo como pilar fundamental del
Estado de Derecho.
El artículo 53 de la Constitución, hace referencia al
estatuto del trabajo, con una clara inspiración en la normatividad de la OIT y
en específico en el concepto que más tarde seria acuñado como Trabajo Decente.
Comunicación y movimiento sindical en Colombia
Sandra Milena Rueda / Viernes 30 de julio de 2010
Artículo publicado originalmente en el periódico Tierra No. 2, julio de 2010.
+ de Sandra Milena Rueda
Comunicadora social - periodista.
• “Hay que soñar con lo imposible”
• La hinchada antiimperialista
+ en Comunicación alternativa
• Fred Núñez: el viacrucis de un comunicador popular en el Catatumbo
• Temerarias y malintencionadas las afirmaciones de Andrés Felipe Arias
• Circula segundo número del periódico Tierra dedicado al bicentenario de los pueblos
• Saludo a los periodistas en su día
• En circulación el tercer número de “La Marcha”, publicación de la ACVC
• La Marcha Radio, en directo a través de www.prensarural.org desde Barrancabermeja
• Burla gubernamental
• Entusiasta asamblea de Asoprensa, seccional Tolima
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Al hablar de comunicación en organizaciones sindicales, es necesario que éstas se definan a sí mismas como grupos humanos que buscan objetivos determinados. La comunicación organizacional debe ser entendida como parte de las metas del sindicato y ser impulsada en forma de estrategia integral que ayude al cumplimiento de las metas de la organización.
La huelga es un tipo jurídico de no más de un siglo de desarrollo. No hay acuerdos generalizados sobre su utilidad social o sobre sus límites que permitan una concepción científica. Pero existe el reconocimiento del derecho de huelga. Este derecho se afirma en las constituciones europeas posteriores a la II Guerra Mundial.
Los sindicatos nacieron como protesta contra la falta de derechos y contra la explotación al trabajador. Gracias a sus objetivos explícitos, los sindicatos llegaron a ser una organización reconocida oficialmente. Desde 1950 existe en Colombia el Derecho Laboral materializado en el Código sustantivo del trabajo. Se asegura en él el derecho de huelga y de libre asociación para los trabajadores.
Orígenes del movimiento sindical
Después de la I Guerra Mundial, Colombia es un país predominantemente agrícola, dominado por la aristocracia semifeudal de los grandes terratenientes, la jerarquía eclesiástica y el ejército con expresión política en el Partido Conservador. Ya en este contexto, se da en Colombia en el año 1924, el Primer Congreso de Trabajadores.
En 1925 se funda la Unión Sindical Colombiana. En el año 1926 nace el Partido Socialista Revolucionario, movimiento afiliado a la Internacional Socialista desde 1928, año en que se realiza la primera huelga sindical de la historia colombiana, organizada por los trabajadores de la United Fruit Company (UFCO), movilización que desembocó en la conocida masacre de las bananeras, con un número aún incierto de víctimas.
En 1927 un huracán había devastado 13 millones de matas, dejando a muchos trabajadores de las plantaciones bananeras desempleados. La UFCO se negó a ayudar y en 1925 se organizó la Unión Sindical de Trabajadores del Magdalena. En octubre de 1928, representantes de los obreros presentaron al gerente un pliego de peticiones. Éste se rehusó a negociar y el 12 de noviembre se declaró la huelga nacional.
La famosa huelga de las bananeras fue una movilización social en la que participaron entre 16.000 y 32.000 personas. Solicitaban que se les reconociera como trabajadores y ciudadanos con derechos civiles y sociales. Por su parte, el Ministro de Guerra y el Ejército sostuvieron que los huelguistas eran subversivos. En Ciénaga, epicentro de la huelga, la noche del 5 de diciembre de 1928, la movilización culminó en la masacre de las bananeras.
Es este caso un ejemplo claro de cuando Charles Tilly llama la atención sobre la imprudencia de las autoridades e historiadores, que describen la agitación popular como desorden, por lo que el autor propone descubrir el orden de las rutinas de la acción colectiva. No es la huelga una acción de desorden, es la huelga la organización de una lucha social.
Desde 1920 entonces, ya los sindicalistas colombianos habían logrado conquistar el derecho a la huelga, y en 1930, con Enrique Olaya Herrera en la presidencia, se logró la legalidad de los sindicatos y de los contratos colectivos. Se fundó para ese entonces, la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC).
Comunicación y sindicalismo
Si estamos de acuerdo en que toda forma de política tiene que basarse, en gran medida, en la comunicación, lo estaremos también en que la democracia no puede existir sin fundamentarse en procesos comunicativos. La democracia surgió en la discusión pública de los asuntos comunes. De aquí la importancia de la comunicación en la construcción, agrupación y divulgación de políticas públicas, en función de la democracia.
Para que la política de comunicación fluya y sea realmente transversal tiene que ser asumida e impulsada por el conjunto de la dirección de la organización. Sólo cuando la organización en su conjunto es consciente de la complejidad que envuelve la acción de comunicar y reconoce el valor estratégico que ésta tiene, puede asumir la importancia de impulsar y desarrollar una estrategia de comunicación y hacerlo de manera planificada y profesional.
Los medios de comunicación, como sistemas de expresión, tienen una función modeladora de conciencia por un lado, y son a la vez instrumentos para el cambio social. Es por esto que el formato, lenguaje, formas de narrar y recursos que hacen parte de la estructura comunicativa del mensaje, deben conformarse en la organización sindical como sistemas de poder, no sólo en búsqueda de una convocatoria masiva hacia la movilización, sino buscando el éxito y la legitimación de las luchas de expresión y visibilización de los sindicalistas colombianos.
Superar la estigmatización
Dado que los medios masivos de comunicación son respaldados por grandes empresas comerciales conformadoras del sistema social y económico vigente, dichos medios promueven una fidelidad irreflexiva hacia la estructura social posicionada. De esta forma, los medios de masas traban el desarrollo de una sociedad crítica. Aunque existen artículos periodísticos críticos, comunicación alternativa y popular, estas excepciones no alcanzan a llegar a un público masivo. No basta con mantener una resistencia ante el gran poderío monopólico que ejercen los medios comerciales sobre el público en general.
El desprestigio ante la opinión pública por la influencia de la empresa privada y los medios de comunicación continúa desde el origen de las organizaciones sindicales; esto causó la limitada credibilidad de las organizaciones sindicales entre la sociedad. Los trabajadores no participan de lleno en sus responsabilidades como actores sociales y se debe luchar para que las nuevas tecnologías y formas de comunicación lleguen a las organizaciones populares. Es necesario formar sindicalistas competitivos y actualizados.
Para el investigador Carlos Morris, “Las políticas neoliberales han logrado reformas que llevaron al detrimento de viejas conquistas de los trabajadores”. Se necesitan acciones estratégicas nuevas, replantear el instrumento de la huelga y pensar en nuevas herramientas para la lucha sindical.
La represión antisindical continúa
Según el informe nacional de coyuntura económica, laboral y sindical, presentado por la Escuela Nacional Sindical, en 2009 se registraron 47 asesinatos; 18 atentados de muerte; 412 amenazas de muerte; 129 desplazados forzados; 53 hostigamientos por persecución sindical; 34 detenciones arbitrarias; 3 desapariciones forzadas y 4 allanamientos ilegales.
“El Estado colombiano se ha negado a reconocer la dimensión y el carácter antisindical de esta violencia que ha debilitado la existencia y desarrollo del movimiento sindical y ha mantenido un clima propicio para la inaplicación de las libertades sindicales”. El informe además demostró que el panorama de la movilización estuvo marcado por la presencia de 28 huelgas, 24 jornadas de protestas, 27 marchas, 20 tomas o bloqueos y 2 paros en 2009.
Según el informe, entre 2002 y 2009 al menos a 236 organizaciones se les negó el registro legal sindical. Hay 53.000 sindicalizados menos con respecto al 2002, pasando en 2002 de 863.338 afiliados a 810.114 en el año 2010, “datos que contradicen los informados por el gobierno y la ANDI que no cuentan con un sistema que procese esta información”.
Acertar con la política de comunicación ayuda a construir una organización cohesionada, participativa y democrática, a la par que ágil y eficaz. Históricamente se han logrado en Colombia huelgas y acciones con participación masiva y bloqueo de las actividades económicas. Esto es un indicador de un proceso de comunicación acertado.
Para lograr una estrategia de comunicación, ésta debe ser impulsada por el liderazgo y por sindicalistas capaces de enfrentar el cambio y anticiparse a las exigencias del entorno. El líder sindical debe tener la aptitud y la actitud de comunicar, a un público masivo, los objetivos a corto y a largo plazo.
Bibliografía:
Acosta, Luisa (2003). Medios y nación. Historia de los medios de comunicación en Colombia, Bogotá: Ministerio de Cultura.
Archila, Mauricio y Torres, Leidy (2009). Bananeras, huelga y masacre, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Historia.